¿Una cuenta para gobernarlos a todos?

Cada miembro destacado de The Electric Circus (t-e-c) tiene una cuenta de correo electrónico propia desde hace décadas. También tenemos varias cuentas en el propio café (todas terminan en ".t-e-c"). Cuando necesitábamos comunicarnos, solíamos enviarnos correos electrónicos. A nosotros nos funcionaba, aunque todas las direcciones de correo electrónico diferentes causaban confusión masiva a la gente más corriente. ("Tienes cuántos direcciones de correo electrónico")

Pero como estamos en nuestra tercera década como sistema diagnosticado, nuestra comunicación es mucho mejor que en los viejos tiempos. No es perfecta. Todavía tenemos que escribirnos notas a veces, pero también tenemos más conciencia común. Eso no significa que todos estemos activos todo el tiempo, pero sí que al menos podemos jugar al juego del teléfono disociativo más a menudo. ("Oye, si ves a fulanito antes que yo, díselo...") Los mensajes acaban llegando.

Algunos de nosotros hemos empezado a preguntarnos si no nos habremos vuelto más OSSD-1b en lugar de TID a medida que progresaba nuestra curación. A veces nos convencemos de ello, sólo para ser abofeteados de nuevo con la evidencia de una amnesia TID completa. Suspiro. Pero esta divagación no trata de eso.

Se trata de que recientemente hemos hecho un cambio drástico.

Ahora sólo tenemos una cuenta de correo electrónico personal y todas nuestras direcciones van a la misma bandeja de entrada. Ha sido una adaptación. Todavía guardamos cosas, tenemos carpetas y utilizamos múltiples técnicas de clasificación de correo electrónico, pero sólo existe esa gloriosa carpeta de Enviados. Hace la vida más fácil cuando no tienes que buscar en varias cuentas separadas para ver si alguien envió algo. Porque sí, está eso de la amnesia.

The One Email Account to Rule Them All ha hecho que algunos de nosotros nos preguntemos si hemos reforzado innecesariamente nuestra separación a lo largo de los años al tener tantas cuentas únicas, no sólo para el correo electrónico, sino para todo. Pero, cuando todo, incluido tu cuerpo, es compartido, hay una comodidad innegable en tener cosas que te pertenecen sólo a ti. Nuestras cuentas y dominios personales han satisfecho esa necesidad a lo largo de los años. Pero, ¿había un coste oculto?

Aún no lo sabemos, pero seguiremos con el experimento. Ya no publicaremos bajo nuestras distintas cuentas *.t-e-c, sólo bajo ésta. Oh, probablemente seguiremos firmando individualmente de vez en cuando, pero lo cierto es que la mayoría de la gente no necesita saber quién de nosotros ha escrito algo. Somos un equipo, responsables los unos de los otros y de todos nuestros contenidos.